lunes, 16 de diciembre de 2013

Patología (Ácaros)

Patología parasitaria

Patología

Las enfermedades de los caracoles se producen, la mayoría de las veces, por deficiencias en el manejo, siendo solamente en algunos casos, causantes de altos porcentajes de mortalidad.
Acariasis

Una de las enfermedades considerada como de las más graves para los caracoles es la acariasis producida   por  un  pequeño   parásito   Riccardoella limacum , que vive en su cavidad paleal o pulmón y que produce importantes pérdidas en las explotaciones helicícolas intensivas.
El control y erradicación de esta enfermedad en las explotaciones helicícolas es de suma importancia para su funcionamiento y obtención de una buena rentabilidad.


La acariasis se transmite de un caracol a otro de forma lenta pero progresiva. Puede contagiarse también por proximidad, es decir, los Ácaros adultos pueden pasar de caracoles enfermos a otros sanos que, aunque no estén en contacto directo con ellos, se encuentren a una distancia relativamente pequeña. Otra forma de contagio muy a tener en consideración en explotaciones de caracoles es a través de los utensilios (comederos, bebederos, etc.) y ropas del operario que los maneja.


Estos parásitos son de color blanquecino y de pequeño tamaño, aproximadamente 0,3 mm.
El R. limacum se alimenta de la sangre de los caracoles que parasita. Para ello se sitúa en la cavidad paleal, zona irrigada por gran cantidad de capilares sanguíneos donde la sangre llega a estar en contacto casi directo con la superficie, circunstancia que aprovecha para que la alimentación sea fácil. Los ácaros perforan los capilares sanguíneos del caracol gracias a la secreción de sus glándulas salivares. Una vez horadado el capilar sanguíneo, succiona la sangre que le sirve de alimento.

El R. limacum no permanece fijo al caracol permanentemente como ocurre con otros parásitos semejantes a él, sino que se mueve libremente por su cavidad paleal y por el exterior del animal, fijándose a los capilares sanguíneos exclusivamente para alimentarse.

El R. limacum permanece en el interior del caracol o en su parte externa desde que nace hasta que muere, es decir, sólo tiene un hospedador o animal en el que nace, crece, se reproduce y muere, lo cual dificulta enormemente la lucha contra él.

Cuando los caracoles parasitados pertenecen a explotaciones de ambiente controlado de humedad y temperatura, el ciclo biológico del ácaro se modifica ligeramente. la hembra pone huevos no sólo durante la primavera y verano, como ocurre en animales libres, sino a lo largo del año, lo que produce un gran incremento de la parasitación en este tipo de explotaciones.

La alimentación a base de fluidos sanguíneos, da origen a una serie de trastornos fisiológicos en el caracol cuya gravedad es función del grado de infestación del ácaro. Si la infestación es grande puede llegar a producir, y de hecho produce, muerte por anemia. Este tipo de trastornos origina inicialmente una disminución de la actividad vital del caracol, con pérdida progresiva de peso, seguido de flaccidez hasta llegar a la muerte.


A medida que aumenta el grado de parasitación las puestas disminuyen e igualmente el número de huevos por puesta. 
Finalmente, el animal deja de comer de forma progresiva, síntoma fácil de observar al limpiar los comederos, por la disminución de pienso consumido.
 Este proceso viene teniendo una duración de 6-8 meses, periodo durante el cual el número de individuos de la explotación se reduce al 20% muriendo este 20% restante de forma progresiva en pocos meses. 

Esto ocurre cuando la parasitación es superior a los 100 ácaros por caracol.

Transmisión de la enfermedad

La acariasis se transmite de un caracol a otro de forma lenta pero progresiva. Puede contagiarse también por proximidad, es decir, los ácaros adultos pueden pasar de caracoles enfermos a otros sanos que, aunque no estén en contacto directo con ellos, se encuentren a una distancia relativamente pequeña. Otra forma de contagio muy a tener en consideración en explotacions de caracoles es a través de los utensilios (comederos, bebederos, etc.) y ropas del operario que los maneja.

Prevención de la enfermedad.

 Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho sobre formas y posibilidades de transmisión de la acariasis, el mejor medio para prevenir sus consecuencias es seguir escrupulosamente una normativa de profilaxis, consistente en los siguientes puntos esenciales:
 1.- Colocar los individuos parasitados en una sala del criadero que esté convenientemente aislada del resto.
 2.- Establecer una estrecha vigilancia de los ponederos a fin de controlar las puestas y poder retirar los ponederos una vez que ésta se produzca.
 3.- Llevar los ponederos a la sala de incubación, la cual debe de estar aislada de aquella otra en la que se encuentran los caracoles parasitados y en la que se han de mantener hasta que nazcan los nuevos caracoles, que estarán libres de ácaros.
 4.- Pasar los caracoles recién nacidos a la nave de engorde, la cual ha de estar igualmente aislada de la de reproducción, cuando alcancen un tamaño adecuado, y se mantendrán en ella hasta que lleguen a adultos.
 5.- Cuidar el manejo, comenzando siempre las labores de limpieza y alimentación por las salas libres de ácaros para terminar por la sala en la que se encuentran los animales parasitados.



No hay comentarios:

Publicar un comentario