Como consecuencia de la creciente demanda mundial de alimentos, y especialmente de proteínas de origen animal de alta calidad y bajo coste, cada vez resulta más necesario recurrir a nuevas fuentes de alimentos con posibilidades zootécnicas, económicas y de buena rentabilidad. En tal sentido la helicicultura, ha despertado un interés creciente, en España, comenzando a adquirir importancia desde un punto de vista industrial.
Los sistemas de cría utilizadas son complejos y variados contemplando desde sistemas rudimentarios al aire libre hasta los más complejos de cría en naves climatizadas, no poniéndose de acuerdo los diferentes autores sobre cuál es el ideal, ya que son muchos los parámetros a tener en cuenta a la hora de determinar la rentabilidad de cada uno de los distintos sistemas existentes.
Nosotros pretendemos clasificar algunos aspectos sobre la rentabilidad de los distintos sistemas de cría viendo los pros y los contras de cada uno de ellos. Así mismo describiremos un nuevo sistema que actualmente es utilizado por la mayoría de los helicicultores franceses y que puede adecuarse con algunas modificaciones a las características geográficas y climatologícas de nuestro país.
El caracol más consumido en Europa, con mucha diferencia es, como en el resto del mund, el Helix aspersa.
Dentro del Helix aspersa hay que distinguir las variedades Petit gris y Gros gris, cuyas diferencias en tamaño y calidad de carne determinan los distintos mercados. En España se consume también el Iberus alonensis, conocido popularmente por “vaqueta”, el caracol más exquisito y caro de nuestra gastronomía, y que se encuentra en proceso de extinción debido a los abusos en su recolección.
Sistemas de cría
Al Aire libre
La cría al aire libre se puede efectuar de dos formas:
1)Cría verdadera: desde el nacimiento hasta el momento del consumo. Los caracoles se colocan en parques cerrados, reproduciendo las condiciones ambientales en las que los caracoles se desarrollan en la naturaleza, mediante sistemas controlados de riego.
2) Cría parcial, cuando se limita a introducir en recintos cerrados, caracoles recogidos en el campo en época primaveral, para su engorde y posterior venta.
Cualquiera de los sistemas elegidos necesita la construcción de unos parques especiales, con unas características determinadas que nos permitan el manejo de los caracoles y su control, a fin de conseguir un resultado final favorable
ELECCION DE LA LOCALIDAD:
La elección de la localidad para instalar un criadero al aire libre es uno de los factores determinantes para el buen desarrollo de la explotación. Es necesario que sea una zona con abundante vegetación, alta humedad, clima con temperaturas extremas poco marcadas y abundantes lluvias.
El terreno ha de ser calcáreo, neutro o básico débil, de tierra blanda, sin piedras ni rocas y con una ligera inclinación para favorecer el drenaje e impedir el encharcamiento del mismo, lo cual sería fatal para los caracoles.
En lo que respecta a la orientación debe ser hacia el mediodía, para evitar un exceso de humedad. Es también conveniente que esté protegido de fuertes vientos que producirían una deshidratación de los caracoles.
Por otro lado, el terreno deberá ser sombreado ya que de lo contrario, obligaría al caracol a protegerse de los rayos solares introduciéndose en su concha, disminuyendo, por lo tanto, su actividad y productividad. Para evitar en lo posible este inconveniente se colocan refugios adecuados en el interior del parque como tejas, cajas de madera, ladrillos, etc. Los refugios deben retirarse en los meses muy fríos y muy calurosos para evitar que los caracoles situados en ellos mueran congelados por falta de protección térmica o achicharrados por el calor.
Proximamente: Sistema Mixto