No existe una patología o
enfermedad propia del manejo de los animales, sin embargo la presencia de
determinadas enfermedades se debe en un porcentaje muy alto a defectos en el
manejo de los caracoles y a la falta de limpieza.
La suciedad, la contaminación
ambiental por hongos u otros gérmenes, la mala climatización con alteraciones
bruscas de la humedad y la temperatura, las altas densidades de población lo
que en resumen constituye el manejo
incorrecto de los animales, les origina un fuerte stress, con aumentos del
microbismo y aparición generalmente de enfermedades bacterianas y micóticas,
que disminuyen considerablemente los rendimientos de las explotaciones.
Prevención.
Para evitar el aumento de
infecciones bacterianas y micóticas y la disminución de la incidencia de otras
enfermedades hay que realizar un manejo correcto.
Las operaciones de manejo en
el interior de una explotación helicícola son sencillas y no requieren mano de
obra cualificada, pero deben realizarse con meticulosidad.
Parámetros
climáticos.
Desajustes prolongados de la
humedad y temperatura, o cambios bruscos y reiterados de estos parámetros, así
como la distribución inadecuada de los mismos, pueden crear un ambiente
favorable para el desarrollo de agentes patógenos y disminución de las defensas
orgánicas de los animales, lo que origina aumento de la mortalidad, retraso en
el crecimiento de individuos jóvenes, y disminución de los índices
reproductivos en los adultos.
Ha de tenerse en cuenta la
tempratura del agua de humidificación evitando sea demasiado fría y pueda
producir disminuciones bruscas de la temperatura ambiental.
Densidad.
La densidad de caracoles por
unidad de superficie no debe ser superior a los 2,5 Kg/m2. El
incremento excesivo de la densidad ocasiona malformaciones de la concha,
retraso del crecimiento, aumento del enanismo y aumento de la mortalidad, como
consecuencia de una mayor facilidad para el contagio de los animales, tanto por
la proximidad de unos con otros, como por disminución de sus defensas.